Subiendo a "El Pajonal" en el páramo de Guerrero, Cogua, Cundinamarca
Por amor y en memoria de Dante, la familia ha sembrado cinco árboles

Desde la cima se puede ver el embalse del Neusa
Los visitantes  deben llevarse su basura y no tomar las plantas o animales del páramo
Dante tan sólo vivió cinco días. Fue el primer bisnieto y fue recibido con alegría y amor. Nos dejó pronto pero siempre ese chiquillo de tan sólo cinco días nos mueve a toda la familia. Las tías en nombre de Dante compraron bonos exequiales Renacer en su nombre. En buen cristiano, en la cima de El Pajonal en la reserva natural del páramo de Guerrero a 3.400 metros sobre el nivel del mar y en 21 hectáreas se plantan árboles nativos en nombre de un ser querido fallecido.
Los primeros árboles  en memoria de Dante ya están creciditos y este año se sembraron más.

Salimos de Bogotá vía Cogua. Allí nos esperaban los representantes de la ONG Corporación Ambiental Colombia Reserva la Vida, esperamos hasta que llegaron todas las personas que confirmaron la ida. En caravana subimos por una vía pavimentada y luego destapada, angosta y con muchas curvas hasta llegar a la cima. Llovía en el páramo pero con anterioridad habíamos recibido por escrito todas las recomenaciones e instrucciones sobre cómo llegar al lugar, dónde comer, llevar paraguas, ropa y calzado para la lluvia, preservar las plantas y árboles, no dejar basura, llevar mascotas pero levantando el pupú y no dejarlo entre los pastizales.
Las familias plantan los árbolitos que han comprado previamente y poco a poco se va reforestando el páramo.
El lugar es hermoso. El aire límpido, el viento sonoro y frio, los pastizales tiernos con cientos de flores amarillas y en ese lugar sagrado donde nacen los ríos, va creciendo un bosquecito para que Dante juegue con la naturaleza.