El primer programa que vi en televisión (en blanco y negro) fue Disneylandia. Los niños en Bogotá teníamos hermanos, primos, amigos, íbamos al colegio todo el día y jugabamos en la calle. Estabamos ocupados siendo niños.  Caminando y corriendo por los potreros, por los parques, jugando a las escondidas, a la rueda rueda, a la pelota, patinando, montando bici, peleando con los hermanos, comiendo cinco veces al día, saltando charcos, suspirando por el niño de la esquina (en mi caso), ayudando en la casa, haciendo tareas, cazando ratones, atrapando sapos, cucarrones, bañando al perro, escuchando la radio y con la boca abierta ante el televisor grandote que se compró el vecino generoso. Su hijo menor nos invitaba a todos a ver Disneylandia en su casa. Escuchábamos atentos a Walt Disney contándonos de Mickey, cómo se hacían los dibujos animados, los nuevos personajes y  de los proyectos y progresos de la construcción de su parque. Una hora de programa y ya teníamos actividades para la semana. Hicimos dibujos sencillos en muchos papeles para ver cómo caminaba un hombre, imaginábamos el viaje al mundo submarino en el Nautilius, le contamos los dedos a Mickey para comprobar que sólo tenía cuatro, así el dibujante se ahorraba una línea, eso nos dijo Walt, y lo que más nos emocionaba era el monorriel de la tierra del mañana. Años más tarde veíamos el Club de Mickey. Sus amigos lo lanzaban al aire, gritaban !!!Arriba Mickey!!! y lo atrapaban con mucha seguridad en una cama elástica. Mi hermana Claudia era pequeña y hacíamos lo mismo con ella, solo que utilizabamos una sábana y nunca se nos cayó por fortuna para ella y para nosotros. Los programas comenzaban y terminaban con las luces de los fuegos artificiales explotando en diversas formas sobre el castillo. Después me enteré que el castillo era de la Bella Durmiente, que esos capítulos en la televisión eran viejos y que Disneylandia hacia rato estaba  funcionando.( Abierta la público en 1955).   El escritor francés Perrault  recopiló de la tradición oral muchas historias como: La bella durmiente, Caperucita Roja y Pulgarcito por allá en 1697. En 1812  los Hermanos Grimm en Alemania también compilaron estas historias de la tradición oral. Llegaron a recopilar 210 historias. Disney tomó algunas de ellas (no se si la versión de Perrault o de los Grimm) y  las recreó en sus películas animadas.
El monorriel y uno de los submarinos, El Neptuno
He ido varias veces a los Parques de Disney en Orlando en familia con hijos, esposo(ahora ex) y mi mamá y los he disfrutado mucho. No tanto como ellos porque las atracciones de grandes montañas rusas y ascensores que se desprenden no me gustan para nada.
Este año han sido, mi hija y Alison, las que me llevaron al parque pero a Disneylandia, el original que está en Anaheim a 45 minutos de Los Angeles. Ahora comprendo la emoción de todos los niños cuando llegan a estos parques. Disneylandia es mi parque y en diciembre del 2015 ya estaba vestido de Navidad en el sesenta aniversario de su creación.( Los niños menores de tres años no pagan entrada.)
Estacionamiento para los coches de los niños
El capitán del barco a vapor ofreciendo sugerencias para la visita.
Ese día estaba cerrado el estacionamiento de Disneylandia por seguridad así que estacionamos en Anaheim y nos llevaron en autobuses hasta el parque. Nos dieron un distintivo de visitante ilustre en el sesenta aniversario y entramos al parque, caminamos por la calle principal del pueblo, nos subimos a un tranvía conducido por una señora muy simpática que nos dió mucha información: dónde comer sabroso y ver los fuegos artificiales en la noche. El día estaba gris, sin frio ni calor, ideal para subirnos al hermoso barco de vapor que nos llevó a la tierra de los nativos americanos y los colonizadores del oeste. Nos despidió una banda de música alegre, trajes y sombreros coloridos.
Recreación de una familia nativa americana

Los personajes salen de las películas y andan por ahí


Nos reímos en la Casa Encantada, me sobresalté con los Piratas del Caribe, hicimos parte del recorrido en el tren, vimos al mago Merlin con Mickey Mouse, Minie y sus amigos en un espectáculo precioso con la música de Fantasía. Estuvimos en Londres con Peter Pan y con él volamos al país del Nunca Jamás. Nos dijo que no creciéramos que es un trampa. Con Winnie de Pooh todo fue miel y dulzura.

 Caminamos por la tierra del futuro y  uno de los soldados clon escapados de la Guerra de las Galaxias me ordenó apartarme de su camino pero se dió media vuelta y se fué. Ellas se fueron al submarino y yo con la última luz de la tarde al monorriel en la cabina del piloto con el corazón latiendo fuerte. Me llevé a todos mis amigos de infancia y a mis hermanos conmigo en ese paseo en un monorriel moderno rojo brillante.
 Luego visitamos las tiendas y comimos sabroso en un restaurante francés en las calles de New Orleans.
Presenciamos dos desfiles. Uno en la tarde con banda de música, bailarines, patinadores,comparsas, carrozas con todos los personajes de Disney y otro en la noche con todo pero con luces brillantes de colores fosforecentes. !!!Cúantas princesas y principes, todos los personajes de Disney de sus películas(Pixar), niños y adultos tomándose fotos con su personaje preferido!!!
Este parque tiene para mi las proporciones perfectas aunque se necesita más de un día para recorrerlo. Cómo que es del tamaño de  uno.
Agotadas y felices montamos a caballo en el carrusel del Rey Arturo,  llegamos al Castillo de la Bella Durmiente y comenzaron los fuegos artificiales. Llegó la hora de irnos y esta vez fueron ellas, mi hija y Alison, las que me arrastraron caminando en reversa para no perderme ni un destello de luz en el ciello de Disneylandia sexagenaria, interesante y hermosa.(Como yo)