Partimos hacia el norte destino a Santa Bárbara por los valles de viñedos y la costa sobre el Pacífico. El viaje dura dos horas y media por  tierra, 125 millas desde Los Angeles.

 De tardecita llegamos a Santa Bárbara con hambre y  cenamos mariscos en un restaurant frente al mar muy cerca del hotel donde nos hospedamos.   Vimos el atardecer sentadas frente al mar, con las montañas de Santa Ynez tornandose rosadas y la brisa suave meciendo olas y palmeras.  Recorrimos el boulevard Cabrillo a lo largo de kilómetros de playa. Cabrillo fue un explorador español de las costas de California y en 1542 estuvo por Santa Bárbara. Bueno en ese entonces no estaba fundada. Fue en 1782  cuando el fraile franciscano Lausen  fundó la misión de Santa Bárbara en territorio de los indios chumash. Aún los frailes franciscanos viven en la Misión que puede ser visitada.

Desde la playa vimos  el amanecer, el atardecer, caminamos por la arena y con la perrita por la ruta peatonal transitada también por corredores,  bicicleteros y todo aquel  dispuesto a llenarse los pulmones de aire de mar. Ese fue nuestro lugar preferido ese fin de semana. Hay mucho que hacer en Santa Bárbara: alquilar una bicicleta, un kayac, embarcarse hacia las islas Channel para ver delfines, bucear o ver ballenas en temporada, visitar la reina de las misiones, ir zoológico, catar vinos, comer sabroso, ir de compras o simplemente disfrutar de kilómetros y kilómetros de playa.
Personas sin hogar viviendo en la playa
No les he hablado de las persona sin hogar, los homeless, que habitan en California.  Son muchos y los he visto en las playas, parques, en las calles del centro de los Ángeles en tiendas de campaña, viviendo dentro de los autos o vagando por ahí. Van en solitario con sus pertenencias al hombro o empujando un carrito de supermercado atiborrado con sus enseres. A veces van en pareja o en familia. Son hijos de la droga, el alcohol, las enfermedades mentales, los costos elevados de las viviendas, veteranos de guerra, inmigrantes ilegales recién llegados o familias desalojadas. California tiene un clima bendito, con cielos azules siempre y espacios públicos muy bien cuidados factores que favorecen a los habitantes de la calle. El Estado de California tiene muchos programas para ellos pero el número de personas sin hogar aumenta cada día.

Solvang: una ciudad danesa en California

Solvang una villa danesa en el Valle de Santa Ynez
Seguimos hasta Solvang, una villa danesa en el medio de la región vinícola de Santa Bárbara, allí almorzamos y saboreamos los postres de Dinamarca y mirabamos con curiosidad un molino de viento. Paseamos por este pueblo precioso con muchas  pastelerías, restaurantes, tiendas y vinerías fundado por educadores daneses en 1911.

Mariposas en la ciudad de Goleta


Ahí cerquita, en la ciudad de Goleta, nos adentramos en el Elwood Main, un refugio de las mariposas monarca. Caminamos a través de los senderos en silencio en un bosque de eucaliptos buscando las mariposas. Vimos a un grupo de personas sentadas mirando los árboles y hacía allá nos dirigimos. Allí estaban, las mariposas monarca, colgadas en racimos de los árboles. De lejos parecen hojas secas pero cuando abrieron las alas y volaron rápidamente, nos quedamos calladitos viéndolas hacer y deshacer en las ramas de los eucaliptos. Es un sitio con encanto, fácil de recorrer en familia.

Regresamos a Los Ángeles por ruta 1, la PCH Pacific Coast Highway, disfrutando de la vista del océano Pacífico. Nos detuvimos en un mirador para ver el atardecer y me vino a la mente lo que había documentado  Miguel de Venegas en Noticias de la California y su conquista temporal y espiritual, la visión de de mundo de los nativos americanos de esta costa.
El sol, la luna y los luceros son hombres y mujeres.
Todas las noches caen al mar del poniente y se ven obligados a salir a nado por el oriente. 
Las otras estrellas son lumbres que enciende en el cielo Guayichi.  Aunque se apagan con el agua del mar, al día siguiente las vuelve a encender por el oriente.