Turquía un país para disfrutar




Después de leer De parte de la princesa muerta de Kenizé Mourad, nieta del sultán otomano Murad V, quise como Alicia en el País de las Maravillas traspasar el espejo y adentrarme en el mundo del islam en Turquía. La vida de la princesa comienza en el palacio, en el harem real y vive la expulsión de la familia imperial otomana por la revolución turca dirigida por Mustafá Kamal Ataturk. El sultán Vahiddedín marchó al exilio en 1922 y Ataturk emprendió la occidentalización de Turquía. El imperio otomano (1.299 -1923) finalizaba después seis siglos de dominación.
Yo pensaba que los sultanes pertenecían a tiempos más remotos y resulta que mi abuela tenía 23 años cuando se desmoronaba el imperio otomano y ella salía en tren desde Quipile, su pueblo natal en Cundinamaraca, detrás de mi abuelo que se había marchado a vivir al frío Bogotá donde nací en 1953. Me bautizaron Constanza y con ese nombre sospechaba que mi destino era algún día pasearme por la calles de Constantinopla- Bizancio o Estambul.
Finalmente ese día llegó y partí en compañía de mi hija a Estambul. Antes de subirme al avión que me llevó a Turquía, estuve leyendo y viendo todos los folletos y videos que gentilmente me regalaron en la embajada turca cuando fui a solicitar la visa. Si, los colombianos necesitamos visa y sólo la otorgan por una sola entrada.
Me enteré que en Turquía nacen los ríos Eufrates(Firat) y Tigris (Dicle), que había nacido Homero en Esmirna, que la escuela de Platón quedaba en Assos, que San Pablo comenzó allí a difundir el cristianismo, que la Virgen María vivió en el monte Coressos mientras San Juan escribía su evangelio y vivió sus últimos días en Éfeso, que Noé llegó con su arca a la cima del monte Ararat, que Antonio y Cleopatra se amaron en Faselis, se aún se conserva el templo de Artemisa en la costa del mar Egeo, que en Turquía está Troya, bueno lo que quedó de ella, que la caverna de Karain guarda las primeras huellas de la humanidad de hace unos 100.000 años a.C.
¡Cómo resistir la tentación de recorrer esa tierra tan pródiga!

Bizancio, Constantinopla o Estambul

Estambul nació como Bizancio, 667 a.C. por la colonización de los griegos. La ocuparon y dominaron sucesivamente, los persas, los atenienses, los espartanos, los macedonios durante el reinado de Alejandro Magno y los romanos. En el 330 el emperador romano Constantino fundó de nuevo la ciudad y la llamó Constantinopla convirtiéndola en la capital del Imperio Romano. Cuando se dividió el Imperio Romano en el 395, Constantinopla fue la capital del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino hasta su caída en 1453. El escritor estambulí Orhan Pamuk Premio Nobel de Literatura en el 2006, nos dice en su libro Estambul: “Observando cómo llamamos a ciertos acontecimientos, podemos deducir en qué lugar del mundo nos encontramos, si en Oriente o en Occidente. Lo que ocurrió el 29 de mayo de 1453 para los occidentales es “la caída de Constantinopla” y para los orientales “la conquista de Estambul”. En suma “caída o conquista”.” Este hecho marcó a la humanidad. Turquía era un centro vital del intercambio comercial entre el lejano Oriente y Europa. Los árabes trasportaban en largas caravanas sus valiosas mercancías por las rutas más importantes como la de las especies, la de la seda y la de Marco Polo a través de Anatolia en el centro de Turquía y llegaban a Constantinopla donde los esperaban los comerciantes de Génova y Venecia para llevarlas por mar a Europa.
Cuando Constantinopla fue tomada por los turcos cerraron las rutas comerciales utilizadas por genoveses y venecianos. Europa comenzó entonces a buscar nuevas vías para llegar a oriente y Cristóbal Colón partió del Mediterráneo convencido que navegando hacia el occidente por el mar llegaría a Cipango (Japón) y a Catay(China) pero calculó mal y llegó a un nuevo continente en 1492.