Estambul
Turquía
viajes
Planificando un viaje a Estambul y Capadocia
29/11/09
Antes de ir a Turquía
Mi hija vive y trabaja en Nueva York y yo en Caracas. Una de esas noches de habladas largas por teléfono, pensamos en la posibilidad de hacer un viaje juntas. Me visitaba en ese momento una amiga francesa que había estado trabajando en Turquía en la misión comercial de Francia y me sugirió Turquía como destino. Me dio poderosas razones: es económica, segura, diferente, variada, la gente tiene el don de la hospitalidad y puedes hacer todas las reservas por internet. Le sugerí a mi hija, Turquía y aceptó.
La elección de los hoteles
Comenzamos, ella por su lado y yo por el mío, la investigación en Internet. Elegimos dos destinos: Estambul y Capadocia. Decidimos volar por la Aerolíneas Turkish Airlines hasta Estambul y a Kayseri en Capadocia. Las ofertas son razonables en Octubre, el clima espectacular al comienzo de otoño, con sol, calor en el día y fresco en la noche, pocas lluvias y con menos turistas que en el verano.
Me gusta viajar y quedarme en hoteles pequeños, limpios, cerca del centro, de los mercados, del transporte público, con comida regional antes que los grandes hoteles o resorts.
Ya comenzaba la aventura con la elección del hospedaje. Efectivamente la oferta de hoteles en Estambul es amplia, variada y precisa. Se puede saber dónde queda el hotel, cuánto cuesta, qué servicios están incluidos, testimonios de huéspedes, fotos, mapa, facilidades de pago, cómo llegar, cerca de que sitios de interés está ubicado, medios de trasporte públicos y cómo contactarlo. Usted puede elegir según su presupuesto desde grandes hoteles de cinco estrellas ubicados en el centro y en la periferia de Estambul o pequeños hoteles en la misma zona. Queríamos un hotel cerca de la calle Istiklal en Estambul y comenzamos a conocer la ciudad a través de los mapas de Google. Elegimos una habitación con dos camas y baño en el Hotel Grand Seref con un precio promedio de 19 euros por persona- noche sin desayuno.
Continuamos buscando hoteles en Capadocia y sabiendo que íbamos a llegar al aeropuerto de Kaysery elegimos un hotel cueva. Sí, Anatolia, donde queda la zona de Capadocia, se caracteriza por sus cuevas-casas construidas o mejor excavadas en las sedimentaciones de rocas de origen volcánico. Nos fijamos en uno que permitía elegir la habitación, tenía piscina, un haman(baño turco), servicio de transporte del aeropuerto al hotel, visitas guiadas por el valle, desayuno incluido, reserva de viajes en los globos (una de las actividades en Capadocia) y si pagábamos en efectivo nos daban un descuento del 10% y si contratábamos con ellos el viaje en globo, una de las idas al aeropuerto salía gratis. Reservamos la habitación número 20 del Kelebek Cave Hotel en Goreme. El costo: 55 euros la habitación por noche incluyendo el desayuno para dos personas.
El vuelo
Volamos en los primeros días de octubre desde Nueva York en las Aerolíneas Turcas o Turkish Airlines directo hasta Estambul. Al entrar en el avión ya estábamos en Turquía. Butacas forradas de bellas telas azul turquesa, almohadas y cobijas suficientes. El personal de abordo amable, las tres comidas exquisitas, servidas en platos de cerámica y con cubiertos de metal y todos los entretenimientos de los viajes largos, televisor individual con música, películas, videos y el mapa de la ruta que va siguiendo el avión. Esa fue la causa de mi desvelo seguir paso a paso por donde estábamos volando. En las rutas marcadas en los mapas de las revistas y la web observé que entre Nueva York y Estambul había una línea recta y como es la manera más directa de unir dos puntos, (eso me enseñaron en matemáticas), pensé volaríamos sobre el Atlántico en línea recta a Estambul durante las 9 horas del viaje de ida. Nada de eso, el avión subió a Canadá, pasó por la costa de Labrador, siguió a Groenlandia, a Islandia, ¡Dios mío! pensaba yo, y de la emoción me espabilé y quede completamente despierta con la certeza de estar en el cielo cerca del Polo Norte volando a medianoche. El avión siguió sobre el norte de Escocia, Holanda, Alemania, República Checa, Slovakia, Hungría, Rumania, Bulgaria y finalmente Turquía. Entre sueños y mapa de ruta iba leyendo el libro de Orhan Pamuk “Estambul” sus memorias de la niñez y adolescencia en esa ciudad a comienzos de los años cincuenta. Como todo en la vida, se trata de elecciones. Yo elegí seguir la ruta del avión, leer y desvelarme. Mi hija durmió a ratos y a veces me comentaba que tenía una amiga que era nativa del pueblo sobre el cual estábamos volando y mi vecina, una anciana turca, comió las tres veces, y durmió plácidamente hasta el aterrizaje.
norte
Turquía
Turquía un país para disfrutar
25/11/09
Turquía un país para disfrutar
Después de leer De parte de la princesa muerta de Kenizé Mourad, nieta del sultán otomano Murad V, quise como Alicia en el País de las Maravillas traspasar el espejo y adentrarme en el mundo del islam en Turquía. La vida de la princesa comienza en el palacio, en el harem real y vive la expulsión de la familia imperial otomana por la revolución turca dirigida por Mustafá Kamal Ataturk. El sultán Vahiddedín marchó al exilio en 1922 y Ataturk emprendió la occidentalización de Turquía. El imperio otomano (1.299 -1923) finalizaba después seis siglos de dominación.
Yo pensaba que los sultanes pertenecían a tiempos más remotos y resulta que mi abuela tenía 23 años cuando se desmoronaba el imperio otomano y ella salía en tren desde Quipile, su pueblo natal en Cundinamaraca, detrás de mi abuelo que se había marchado a vivir al frío Bogotá donde nací en 1953. Me bautizaron Constanza y con ese nombre sospechaba que mi destino era algún día pasearme por la calles de Constantinopla- Bizancio o Estambul.
Finalmente ese día llegó y partí en compañía de mi hija a Estambul. Antes de subirme al avión que me llevó a Turquía, estuve leyendo y viendo todos los folletos y videos que gentilmente me regalaron en la embajada turca cuando fui a solicitar la visa. Si, los colombianos necesitamos visa y sólo la otorgan por una sola entrada.
Me enteré que en Turquía nacen los ríos Eufrates(Firat) y Tigris (Dicle), que había nacido Homero en Esmirna, que la escuela de Platón quedaba en Assos, que San Pablo comenzó allí a difundir el cristianismo, que la Virgen María vivió en el monte Coressos mientras San Juan escribía su evangelio y vivió sus últimos días en Éfeso, que Noé llegó con su arca a la cima del monte Ararat, que Antonio y Cleopatra se amaron en Faselis, se aún se conserva el templo de Artemisa en la costa del mar Egeo, que en Turquía está Troya, bueno lo que quedó de ella, que la caverna de Karain guarda las primeras huellas de la humanidad de hace unos 100.000 años a.C.
¡Cómo resistir la tentación de recorrer esa tierra tan pródiga!
Bizancio, Constantinopla o Estambul
Estambul nació como Bizancio, 667 a.C. por la colonización de los griegos. La ocuparon y dominaron sucesivamente, los persas, los atenienses, los espartanos, los macedonios durante el reinado de Alejandro Magno y los romanos. En el 330 el emperador romano Constantino fundó de nuevo la ciudad y la llamó Constantinopla convirtiéndola en la capital del Imperio Romano. Cuando se dividió el Imperio Romano en el 395, Constantinopla fue la capital del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino hasta su caída en 1453. El escritor estambulí Orhan Pamuk Premio Nobel de Literatura en el 2006, nos dice en su libro Estambul: “Observando cómo llamamos a ciertos acontecimientos, podemos deducir en qué lugar del mundo nos encontramos, si en Oriente o en Occidente. Lo que ocurrió el 29 de mayo de 1453 para los occidentales es “la caída de Constantinopla” y para los orientales “la conquista de Estambul”. En suma “caída o conquista”.” Este hecho marcó a la humanidad. Turquía era un centro vital del intercambio comercial entre el lejano Oriente y Europa. Los árabes trasportaban en largas caravanas sus valiosas mercancías por las rutas más importantes como la de las especies, la de la seda y la de Marco Polo a través de Anatolia en el centro de Turquía y llegaban a Constantinopla donde los esperaban los comerciantes de Génova y Venecia para llevarlas por mar a Europa.
Cuando Constantinopla fue tomada por los turcos cerraron las rutas comerciales utilizadas por genoveses y venecianos. Europa comenzó entonces a buscar nuevas vías para llegar a oriente y Cristóbal Colón partió del Mediterráneo convencido que navegando hacia el occidente por el mar llegaría a Cipango (Japón) y a Catay(China) pero calculó mal y llegó a un nuevo continente en 1492.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)